El cabello de Beethoven: lo que investigadores encontraron en su ADN más de dos siglos después de su muerte
Marysabel E. Huston-Crespo
(CNN Español) – Ludwig van Beethoven, uno de los músicos más virtuosos en la historia, creó algunas de sus composiciones más reconocidas estando ya sordo. Recientemente, científicos dieron a conocer los hallazgos que arrojó el análisis de varios mechones de su cabello.
¿Lograron descifrar por qué el músico alemán se quedó sordo? ¿Por qué murió? El Dr. Elmer Huerta lo explica en este episodio de nuestro podcast. El consultorio está abierto, ¡bienvenidos!
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Hola, bienvenidos a este nuevo episodio de “En consulta con el Dr. Huerta”, tu podcast favorito de salud por CNN en Español. Te saluda el doctor Elmer Huerta, espero que estés bien.
Hoy vamos a ver un tema que tiene que ver con el avance de la ciencia, la música y el sufrimiento humano. Es la historia de las enfermedades de uno de los genios más grandes de la música universal, Ludwig van Beethoven.
Un breve repaso a la vida de Beethoven
La vida de Beethoven es extraordinaria, por donde quiera que se la examine.
Nacido en fecha desconocida en Bonn, Alemania. Fue bautizado el 17 de diciembre de 1770 y murió en Viena el 26 de marzo de 1827, a la edad de 56 años.
Beethoven tuvo una infancia miserable y dolorosa por los continuos maltratos de su padre, un músico alcohólico y cruel, que al ver el talento de su hijo intentó sacar provecho haciéndolo ensayar en el piano, de día y de noche, desde muy niño.
A los 17 años se radicó en Viena, en donde se enteró de la muerte de su madre, teniendo que hacerse cargo de la familia porque su padre seguía hundido en el alcohol.
Su primera aparición pública fue en en Cologne a los 7 años. Su primer concierto en Viena, a los 25, ciudad en la que ya se había hecho cierta fama como el sucesor de Mozart, quien había muerto unos años antes.
Pero el destino le tenía preparadas dos cosas después de los 26 años: una grave enfermedad y sus mejores composiciones.
¿Qué hay de la salud de Beethoven?
Beethoven empezó a perder rápidamente la audición a los 26 años. En su museo en Viena se pueden ver las cornetas de metal que se ponía en los oídos para poder dirigir sus conciertos.
A los 44 años quedó completamente sordo.
¡Qué ironía! Uno de los más grandes genios musicales de todas las épocas, un hombre para quien la música lo era todo, estuvo condenado a la sordera completa por el resto de su vida, época sin embargo en la que compuso sus más grandes creaciones musicales.
Muchas de sus grandes sinfonías, conciertos y sonatas se compusieron cuando el gran músico era ya sordo. Se pensaba que al haber adquirido la sordera durante su adultez, Beethoven fue capaz de almacenar en su memoria notas musicales y miles de variaciones musicales, que él luego imaginaba y escribía en partituras que, tristemente, nunca pudo escuchar.
Pero durante sus años de sordera, Beethoven no solo desarrolló un alcoholismo severo, sino que cambió mucho su comportamiento, alternando profundas depresiones en las que se alejaba de la gente, con periodos de marcada efusividad y explosiones de carácter.
Es durante esos tristes años de su vida que Beethoven deja una carta dirigida a sus hermanos Johann y Karl que nunca llegó a enviar y que encontraron dos allegados el día siguiente de su muerte.
En dicha carta, llamada el Testamento de Heiligenstadt, escrita en 1802, cuando Beethoven tenía casi 32 años y su sordera era muy profunda, el músico se queja amargamente de su sordera, y le escribe a sus hermanos: “Hermanos Karl y Johann, cuando yo muera, y si el profesor Schmidt vive todavía, rogadle en mi nombre que describa mi enfermedad”.
Lamentablemente, ese deseo no pudo cumplirse porque el Dr. Johann Schmidt, su médico personal, murió muy joven, 18 años antes que Beethoven.
El genoma de Beethoven
200 años después la moderna tecnología genética logró una hazaña científica: decodificar el genoma completo del gran genio de la música.
En una publicación del 22 de marzo en Current Biology, investigadores europeos describen un estudio en el que obtuvieron el genoma completo del músico, luego de analizar ocho mechones de cabello de Beethoven.
Los investigadores dicen que tres de esos mechones eran falsos. Mientras que cinco, por tener un genoma idéntico y corresponder a la misma persona, fueron atribuidos a Beethoven.
La idea era buscar alguna explicación genética a:
Su sordera Los múltiples trastornos gastrointestinales que sufrió durante su vida (con cólicos y diarreas muy frecuentes) La causa de su muerte, que según su autopsia, se debió a una cirrosis del hígado
A través de los últimos 100 años, se han propuesto varias enfermedades para explicar la sordera de Beethoven, incluyendo:
La otosclerosis o endurecimiento de los huesecillos del oído La enfermedad ósea de Paget Las complicaciones de la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa La sarcoidosis El lupus eritematoso sistémico
Después de sofisticados análisis genómicos, los autores indican que no se pudo identificar ninguna variante genética relacionada con la sordera.
Del mismo modo, aunque muchos biógrafos médicos pensaron que los síntomas gastrointestinales de Beethoven pudieron haber sido causados por el síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerativa, no se encontraron rasgos genéticos de esas enfermedades.
Los investigadores además indagaron por otras causas de enfermedad intestinal, tales como la enfermedad celíaca y la intolerancia a la lactosa, las cuales también fueron negativas, pensándose más bien que Beethoven pudo tolerar la leche hasta su edad adulta.
En resumen, con las técnicas y el conocimiento actuales, no lograron identificarse marcadores genéticos de enfermedades que puedan explicar su sordera y sus síntomas digestivos.
Beethoven tenía predisposición a la cirrosis hepática, según investigadores
Con respecto a los problemas en el hígado que le causaron la muerte, los investigadores encontraron que Beethoven tenía una fuerte predisposición genética a la cirrosis hepática. Esto aunado a los múltiples datos que indican que Beethoven abusaba del alcohol pudieron haber contribuido al desarrollo de la cirrosis del hígado.
Además, usando una técnica llamada metagenómica, que consiste en buscar material genético de virus y bacterias en la muestra, los autores fueron capaces de saber que Beethoven tuvo una infección por el virus de la hepatitis B.
Aunque la tecnología actual carece de sensibilidad para determinar el momento preciso de esa infección, los autores dicen que la combinación de tendencia genética a la cirrosis, la infección por el virus de la hepatitis B y el alcoholismo, sin duda favorecen que ––tal como se demostró en la autopsia–– la muerte de Beethoven fue causada por insuficiencia hepática debido a la cirrosis del hígado.
Se piensa que debido a las múltiples punciones abdominales que le hicieron los médicos para extraerle la enorme cantidad de líquido que se formaba dentro de su vientre por la cirrosis, Beethoven desarrolló infecciones de la piel, que se complicaron con peritonitis y septicemia, la que finalmente le causó la muerte.
Se cuenta que, estando en plena agonía, ocurrió una severa tormenta en la ciudad, lo que hizo que Beethoven despertara y dijera antes de morir: “Plaudite amice, coemedia finita est” que en latín significa: Aplaudan amigos, la comedia ha terminado.
Sin embargo, el análisis genómico de Beethoven demostró un sorpresivo e inesperado hallazgo familiar.
El gen sorpresa
Al compararse el genoma de Beethoven con el de cinco de sus supuestos descendientes varones de nacionalidad belga, los investigadores dieron con la sorpresa de que el cromosoma Y de Beethoven, que se transfiere casi sin cambios de generación en generación por la línea paterna, es diferente al de sus familiares sobrevivientes.
Ese hecho -según los investigadores- solo podría tener una explicación, la cual es que tuvo que haber al menos una paternidad extramatrimonial con descendencia en la línea paterna de Beethoven, que en palabras sencillas indicaría que alguno de los ancestros varones de Beethoven, no tuvo el mismo padre de los descendientes actuales del músico.
Hubo siete generaciones de van Beethoven entre el nacimiento del antecesor más antiguo conocido del músico, Hendrik van Beethoven en 1572, y el nacimiento de Ludwig van Beethoven en Bonn alrededor de 1770, pero sin otros datos genéticos familiares de referencia, es imposible saber cuándo sucedió esa paternidad extramatrimonial.
Para los conocedores, en la Patética, su octava sonata para piano, escrita en 1798, cuando Beethoven tenía casi 28 años y empezaba a quedarse sordo, el músico expresa la tristeza y la tragedia de su vida, que luego escribiría en el testamento de Heiligenstadt cuando dice: “¡Ah!, cómo poder confesar la debilidad de un sentido que en mí debería existir en un estado de mayor perfección, en una perfección tal que muy pocos músicos la hayan conocido jamás”.
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