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La historia de amor de la reina Isabel II y el príncipe Felipe

Ángela Reyes Haczek

(CNN) — Cuando Isabel de York conoció al príncipe Felipe, no estaba destinada a ser reina. Tenía siete años y era la dama de honor de su tía, la princesa Marina de Grecia y Dinamarca, en su boda con el duque de Kent en la Abadía de Westminster. Felipe, de 12 años, asistía como primo hermano de la novia. Los niños apenas se hablaron, pero los periódicos extranjeros ya habían catalogado al príncipe Felipe como un marido adecuado para la pequeña princesa, como su primo tercero a través de la reina Victoria.

Cuando se volvieron a encontrar, cinco años después, en 1939, todo había cambiado. El tío de Isabel, Eduardo VIII, había abdicado tres años antes. Su padre era ahora el rey y ella la heredera al trono. Felipe era un cadete naval de 18 años. Y Europa estaba al borde de la Segunda Guerra Mundial.

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“¡Qué alto puede saltar!”, le dijo Isabel a su institutriz, Marion Crawford, en julio de 1939, cuando vio a Felipe saltar por encima de las redes de tenis en el Royal Naval College de Dartmouth. Isabel había llevado una vida muy protegida con su familia, pasando la mayor parte del tiempo con su hermana y su institutriz. Al visitar el colegio con sus padres y su hermana, quedó deslumbrada por el cadete estrella, que pronto entraría en servicio activo. La fascinación de Isabel era obvia para todos y resultó muy gratificante para el tío de Felipe, Dickie Mountbatten, que tenía la esperanza de fomentar un matrimonio… con él mismo como poder detrás del trono.

Cuando la comitiva real partió de Dartmouth en el yate real, todos los cadetes los siguieron en sus pequeñas embarcaciones, hasta que el rey les ordenó que regresaran a la orilla. Todos hicieron lo que se les dijo, excepto Felipe, que siguió remando con todas sus fuerzas mientras Isabel le observaba con prismáticos.

1 de 28 | El día que Isabel de York conoció a Felipe su destino no era ser reina. Tenía 7 años y era la dama de honor de su tía, la princesa Marina de Grecia y Dinamarca, quien se casó con el duque de Kent en la Abadía de Westminster. Felipe de 12 años, asistía como primo hermano de la novia. Cuando volvieron a encontrarse, cinco años después, en 1939, todo había cambiado. Isabel era heredera al trono, pues su padre asumió como rey luego de que su tío abdicara a la corona. Felipe era un cadete de 18 años. → 2 de 28 | El príncipe Felipe de Grecia juega al cricket en 1939, mientras estudiaba en Gordonstoun, un internado en Escocia. “¡Cuán alto puede saltar!”, dijo Isabel a su institutriz, Marion Crawford, en julio de 1939 cuando vio a Felipe saltando sobre las redes de tenis en el Royal Naval College de Dartmouth. (Crédito: ullstein bild/Getty Images) 3 de 28 | La princesa Isabel posa junto a un un pony en Windsor Great Park, durante su cumpleaños número 13, el 21 de abril de 1939. (Crédito: Central Press/Getty Images) 4 de 28 | La familia real llega al Royal Naval College de Dartmouth en 1939. De izquierda a derecha están el príncipe Felipe, la princesa Margarita, la reina Isabel, el Rey Jorge VI y la princesa Isabel. Esta última quedaría deslumbrada por el joven cadete de Marina durante esta visita. (Crédito: Keystone/Getty Images) 5 de 28 | Durante la guerra, Felipe le escribió a Isabel y la visitó en la Navidad de 1943. Isabel tenía 17 años y era una mujer joven. A él le pareció muy atractiva. Al final de la guerra, Felipe la cortejó con intenciones serias y la llevó a conciertos y restaurantes o cenaban en la guardería con la princesa Margaret.(Crédito: AFP via Getty Images) 6 de 28 | El príncipe Felipe es retratado en diciembre de 1946, cuando se desempeñaba como teniente en la Armada Real. (Crédito: Press Association/AP) 7 de 28 | La princesa Isabel, ahora heredera del trono, en su salón en el Palacio de Buckingham en julio de 1946. (Crédito: Lisa Sheridan/Studio Lisa/Getty Images) 8 de 28 | Isabel y Felipe caminan juntos. Ella se había decidido por Felipe desde los 13 años y la guerra solo había intensificado el romance. (Crédito: Popperfoto/Getty Images) 9 de 28 | La princesa Isabel y el príncipe Felipe en su papel de dama de honor y acompañante durante la boda de Patricia Mountbatten y Lord Brabourne, en 1946. Felipe era primo de la novia. (Crédito: AP) 10 de 28 | Isabel, muy sonriente, y su prometido Felipe son retratados juntos en el Palacio de Buckingham en julio de 1947, después de que se anunciara su compromiso. (Crédito: Topical Press Agency/Hulton Archive/Getty Images) 11 de 28 | Isabel y Felipe caminan hacia el altar de la Abadía de Westminster el día de su matrimonio, el 20 de noviembre de 1947. Crédito: (Bert Hardy/Picture Post/Hulton Archive/Getty Images) 12 de 28 | Retrato de boda de la pareja real. (Crédito: ullstein bild/Getty Images) 13 de 28 | Isabel y Felipe pasan su luna de miel en Malta, donde él está asignado en la Marina Real. (Crédito: Hulton Archive/Getty Images) 14 de 28 | Un retrato familiar en 1951, después de que Isabel y Felipe tuvieran a Carlos en 1948 y a Ana en 1950. (Crédito: Keystone-France/Gamma-Keystone/Getty Images) 15 de 28 | Isabel y Felipe visitan un parque nacional en Kenia en febrero de 1952. (Crédito: AFP/Getty Images) 16 de 28 | En Treetops Game Lodge, la princesa Isabel se entera de la muerte de su padre. (Crédito: NCJ Archive/Mirrorpix/Getty Images) 17 de 28 | Isabel, ahora reina, y Felipe regresan a Gran Bretaña después de dejar su gira por Kenia, tras la noticia de la muerte del rey Jorge. (Crédito: AP) 18 de 28 | La reina Isabel II y Felipe saludan al público desde el balcón del Palacio de Buckingham el día de su coronación en junio de 1953. (Crédito: Press Association/AP) 19 de 28 | El príncipe Felipe se sienta junto a la reina mientras ella lee un discurso a los miembros del Parlamento canadiense en 1957. (Crédito: Paul Popper/Popperfoto/Getty Images) 20 de 28 | Ana, Carlos, Eduardo y Andrés posan con sus padres en el castillo de Balmoral, en Escocia, durante las vacaciones de verano anuales de la familia real. (Crédito: Lichfield/Getty Images) 21 de 28 | La reina Isabel II y el príncipe Felipe durante su visita a Nueva Zelandia, en 1977. (Crédito: Serge Lemoine/Getty Images) 22 de 28 | La reina Isabel II almuerza con el príncipe Felipe y sus hijos, la princesa Ana y el príncipe Carlos en el castillo de Windsor en Berkshire, alrededor de 1969. Una cámara (a la izquierda) se ubica para grabar el documental de la BBC Royal Family’, de Richard Cawston. La producción siguió a la familia real durante un año y se transmitió el 21 de junio de 1969. (Crédito: Hulton Archive/Getty Images) 23 de 28 | La reina y Felipe vuelan de regreso desde Yorkshire. Esta foto se tomó durante el rodaje del documental. (Crédito: Bettmann Archive/Getty Images) 24 de 28 | El príncipe Felipe camina detrás del ataúd de Diana, princesa de Gales, junto al príncipe William, el conde Spencer, el príncipe Harry y el príncipe Carlos, en septiembre de 1997. (Crédito: Anwar Hussein/WireImage/Getty Images 25 de 28 | La reina y el príncipe Felipe observan algunos de los múltiples homenajes a Diana que dejó el público. (Crédito: Pool/AP) 26 de 28 | La reina Isabel, acompañada del príncipe Felipe, pronuncia un discurso en las dos cámaras del Parlamento para conmemorar sus 60 años en el trono británico, en marzo de 2012. (Crédito: Kirsty Wigglesworth/Pool/AP) 27 de 28 | La reina Isabel II y el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, se toman de la mano mientras asisten a la inauguración estatal del Parlamento el 3 de diciembre de 2008 en Londres, Inglaterra. (Crédito: Anwar Hussein Collection/Pool/WireImage/Getty Images) 28 de 28 | La reina y el príncipe Felipe caminan juntos de regreso a Buckingham después de organizar una fiesta en junio de 2011. (Crédito: Matt Dunham/WPA Pool/Getty Images)

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Felipe y su familia habían huido de Grecia cuando él era un bebé. La familia se instaló en París, pero se desintegró. Su madre fue internada en un manicomio y su padre tuvo amantes. Philip fue enviado a internados y floreció en Gordonstoun, en Escocia, antes de ir a Dartmouth. Sin padres, estaba muy unido a sus hermanas, pero su favorita, Cecile, murió en un accidente aéreo cuando estaba embarazada de ocho meses. Las otras estaban casadas con oficiales alemanes, lo que situaba a Felipe y a su familia en bandos opuestos de la guerra.

Isabel, decidida a casarse con Felipe desde muy joven

Durante la guerra, Felipe le escribió a Isabel y viajó para pasar en Gran Bretaña la Navidad de 1943. Isabel tenía 17 años y era una mujer joven. Felipe la encontró muy atractiva. No solo era atractiva e ingeniosa, sino también alegre y práctica, muy diferente a su frágil madre.

Al final de la guerra, Felipe empezó a cortejar a Isabel con intenciones serias y la llevó a conciertos y a restaurantes, y cenaba con ella en la guardería con la princesa Margarita. El Palacio tenía dudas sobre el emparejamiento. Los reyes deseaban que ella “viera más mundo” antes de casarse, y los cortesanos hablaban de que Felipe no era “ningún caballero”, “malhumorado” y posiblemente voluble: firmaba en los libros de visitas como “sin domicilio fijo”. Todos desconfiaban de su maquinador tío, Dickie Mountbatten. El gobierno estaba obsesionado con sus antecedentes: como dijo un cortesano, “todo se resumía en una sola palabra, ‘alemán'”.

Isabel se negó a dejarse influir. Desde los 13 años estaba decidida por Felipe y la guerra no hizo más que intensificar el romance. El rey cedió y el compromiso se anunció el 8 de julio de 1947, con la fecha de la boda fijada para el 20 de noviembre. Felipe se nacionalizó británico, adoptó el apellido Mountbatten de sus abuelos maternos y fue creado duque de Edimburgo.

Se temía que un país sumido en la recesión de la posguerra no viera con buenos ojos una boda fastuosa. Pero Winston Churchill eligió la magnificencia, llamándola “un destello de color en el duro camino que tenemos que recorrer”. Los invitados reales llegaron de todo el mundo para ver a la princesa casarse con un vestido de seda bordado con 10.000 perlas. Entre los que no fueron invitados estaban las tres hermanas de Felipe con sus maridos alemanes, y el duque de Windsor, el antiguo Eduardo VIII, y su esposa Wallis Simpson.

Retrato de boda de la pareja real. (Crédito: ullstein bild/Getty Images)

Ese día, en la Abadía de Westminster, la princesa Isabel hizo sus votos y prometió obedecer a su marido, algo que sería técnicamente imposible cuando fuera reina.

Sin embargo, las batallas no habían hecho más que empezar. Felipe estaba acostumbrado a una vida activa y le molestaba el trabajo de oficina del Almirantazgo que le habían asignado. Los dos primeros hijos de la pareja, Carlos y Anne, nacieron en 1948 y 1950 y la familia se instaló en Clarence House, donde Felipe se encargó de las reformas. Felipe estaba destinado en Malta y Isabel iba a visitarle durante períodos de meses. Allí, Isabel era libre de ser simplemente la esposa de un oficial, alejada de los focos.

La muerte de Jorge VI, un shock antes de lo esperado

A principios de 1952, Isabel y Felipe se embarcaron en un viaje por Kenya. Comenzaron con un retiro en “Treetops”, un alojamiento sobre un pozo de agua en el Parque Nacional de Aberdare. En la noche del 9 de febrero de 1952, Jorge VI murió mientras dormía. Después de que la noticia llegara al personal real, Felipe comunicó a su esposa que su querido padre había muerto y regresaron a Londres.

La muerte del rey fue un shock terrible tanto para Isabel como para Felipe. El rey llevaba años con mala salud, a pesar de ser todavía un hombre relativamente joven, de 56 años. Isabel y Felipe habían esperado muchos años más de relativa libertad. Ahora Felipe era esposo de la reina y todo cambiaba.

Un retrato familiar en 1951, después de que Isabel y Felipe tuvieran a Carlos en 1948 y a Ana en 1950. (Crédito: Keystone-France/Gamma-Keystone/Getty Images)

La familia tuvo que trasladarse de Clarence House al menos íntimo Palacio de Buckingham. Felipe tuvo que renunciar a su función naval. Y la abuela de Isabel, la reina María, se dedicó al apellido real.

Felipe había creído que el apellido de su esposa era el suyo propio, Mountbatten, y su tío Dickie había hecho imprudentes alardes sobre la Casa Real de Mountbatten. Pero Winston Churchill y la reina María estaban decididos: el apellido debía seguir siendo Windsor. A Felipe se le rompió el corazón: “No soy más que una maldita ameba”.

Para el momento en que nacieron sus hijos menores —Andrés en 1960 y Eduardo en 1964—, la reina había emitido una orden para que cualquier descendiente varón que no tuviera el título de príncipe o alteza Real fuera “Mountbatten-Windsor”. Fue una pequeña victoria.

Los esfuerzos de Felipe por hacerse con un papel más importante fueron recibidos con prejuicios. Hubo resistencia a que presidiera la Comisión de la Coronación de Isabel y sus esfuerzos por crear un sistema de premios al servicio, los Premios Duque de Edimburgo, fueron recibidos por un ministro con una burla espantosa, diciendo que sonaba “como las Juventudes Hitlerianas”.

Sin embargo, con paciencia, trabajo duro y su continua dedicación a ayudar y apoyar a la reina en sus tareas, el príncipe Felipe se ganó el respeto y el afecto del gobierno y del pueblo por igual.

Felipe tenía un gran interés en la tecnología y fue el primer miembro de la realeza en ser entrevistado en televisión, cuando habló sobre el aprendizaje de los jóvenes en Panorama de la BBC con Richard Dimbleby en 1961. Felipe también participó en “Royal Family”, un documental emitido en 1969 que cautivó a la nación al mostrar a la familia en su casa, incluyendo tomas de Felipe asando salchichas.

Felipe fue mecenas de más de 800 organizaciones y, al igual que sus nietos, se preocupó especialmente por la vida salvaje y el medio ambiente: fue presidente del Fondo Mundial para la Naturaleza de 1961 a 1982.

El duque apreciaba especialmente a los miembros más jóvenes de la realeza y muchos lo recordarán de manera conmovedora por haber apoyado a sus nietos, William y Harry, cuando caminaron por las calles de Londres detrás del féretro de su madre, Diana, princesa de Gales, antes de su funeral en septiembre de 1997.

Además de Isabel II, ¿qué monarcas tuvieron los reinados más largos? 0:54

La popularidad de la monarquía tocó fondo tras la muerte de Diana, pero cuando llegó el Jubileo de Diamante de la reina en 2012, el entusiasmo del público británico por la familia real quedó patente en las celebraciones por todo el país.

Con altibajos, el duque fue el compañero inseparable de la reina. Ella fue la monarca que más tiempo estuvo casada y el duque fue el consorte más longevo del mundo. En el momento de su muerte, en abril de 2021, a la edad de 99 años, había vivido más tiempo que cualquier otro descendiente de la reina Victoria. Ella le sobreviviría por menos de 18 meses.

A este hombre activo e inteligente no siempre le fue fácil caminar un paso detrás de la reina. Pero, como dijo el príncipe William, “dejó totalmente de lado su carrera personal para apoyarla, y nunca toma el protagonismo”.

El duque aceptó el reto con gracia y dignidad y nunca se apartó del lado de la reina, considerando que su gran papel era asistirla. Como dijo la reina en su discurso del Jubileo de Diamante en 2012, él fue su “fuerza y guía constantes”.

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